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Desarrollo de Conductos Genitales (página 2)



Partes: 1, 2

Se diferencian en dos fases: El periodo indiferente y el
periodo de diferenciación.

En el periodo indiferente, existe, en la cresta gonadal
dos pares de conductos, los conductos de Wolff
mesonéfricos y por fuera de ellos los conductos de
Müller.

El desarrollo de
los conductos genitales masculinos internos obedece a dos
fenómenos.

1. La producción por parte de las células de
Sertoli, a las 6 o 7 semanas de gestación de la AHM
(Hormona Anti Mülleriana), glucoproteína constituida
por dos subunidades de 70 000 Daltons; que por un mecanismo
paracrino da lugar a una regresión ipsilateral de los
conductos de Müller, quedando como único residuo la
denominada Hidátide.

2. Secreción de testosterona, a partir de la
octava semana, por las células de Leydig, que propicia por
vía paracrina la diferenciación ipsilateral del
conducto de Wolff en epidídimo, conducto deferente,
vesículas seminales y conducto eyaculador.

De las estructuras
tubulares mesonéfricas gonadales surgirán los
dúctulos eferentes que van a conectar los túbulos
seminíferos y la rete testis con el
epidídimo.

1. FORMACIÓN DEL
EPIDÍDIMO Y CONDUCTO DEFERENTE

Los conductillos seminíferos se unen a los vasos
rectos, que se abren en la red de Haller. Estas
formaciones se diferencian a expensas de los cordones sexuales
primarios medulares del mesodermo celómico.

La red de Haller establece conexión con los
restos de los conductillos mesonéfricos del extremo
craneal del tubo de Wolff, que pasan a constituir los llamados
vasos eferentes que se abren en la primera porción del
tubo de Wolff. O conducto epididimario que constituye el
epidídimo.

Es testo del tubo de Wolff, hasta la desembocadura en la
cloaca constituye el conducto deferente.

2. DESARROLLO DE LAS
VESÍCULAS SEMINALES Y CONDUCTOS
EYACULADORES.

Antes de la desembocadura en la cloaca el conducto
deferente experimenta una evaginación en forma de dedo de
guante, es un divertículo que crece y se pliega sobre si
mismo para constituir la vesícula seminal. El tramo final
del conducto de Wolff se abre en el a uretra.

Son los conductos eyaculadores. La desembocadura de los
conductos eyaculadores y del utrículo prostático
determina en la cara posterior de la uretra un abultamiento que
es el verum montanum.

V.
DESARROLLO DE LOS CONDUCTOS GENITALES
FEMENINOS

En ausencia de la AMH testicular fetal se produce el
correspondiente desarrollo y fusión
de los conductos de Müller, teniendo lugar la
formación del útero y trompas de
Falopio.

Así mismo, la ausencia de testosterona condiciona
una degeneración de los conductos Wolffianos, quedando
como resto de estos los conductos de Gartner, al tiempo que de
los túbulos mesonéfricos persisten el epooforo y el
paraoforo.

El primordio de los conductos genitales femeninos lo
forman los conductos Müllerianos o paramesonéfricos
que se originan a las seis semanas como cordones sólidos
de células epiteliales celómicas, laterales a los
conductos mesonéfricos, a los que cruzan ventralmente
hasta alcanzar el seno urogenital.

El conducto paramesonéfrico se convierte en el
conducto genital principal de las mujeres. En un principio se
identifican 3 porciones:

1) Una porción craneal vertical que se desemboca en la
cavidad celómica

2) Una porción horizontal que cruza el conducto
mesonéfrico

3) Una porción caudal vertical que se fusiona con la
del lado opuesto.

Las dos primeras porciones se convierten en las trompas
de Falopio y las partes caudales fusionadas forman el conducto
uterino. La segunda parte del conducto mesonéfrico de
Müller sigue a los pliegues urogenitales.

Los conductos se fusionan en la línea media y
dará origen al ligamento ancho del útero. En su
borde superior esta la trompa de Falopio y en la superficie
posterior se encuentra el ovario.

1. DESARROLLO DE LAS TROMPAS
DE FALOPIO

Durante la 7ma. Semana el epitelio celómico
lateral a la gónada y ventral al conducto
mesonéfrico, se invagina longitudinalmente, para formar el
conducto de Müller, de arriba hacia abajo, por delante del
conducto de Wolff y por fuera de la gónada. Su extremo
cefálico permanece abierto y formará el orificio
abdominal de la trompa, el resto se cierra y origina el
conducto.

Hacia la semana 9 los conductos tienen una
porción vertical, una horizontal y otra nuevamente
vertical, la porción vertical proximal y la porción
horizontal, originan la trompa de Falopio, la porción
distal, fusionada en sentido caudo-craneal en cambio forma
el conducto útero vaginal.

Las dos primeras porciones del conducto
útero-vaginal de Müller, que no se han fusionado,
constituyen el oviducto o trompa de Falopio.

Se abre, por su extremo craneal, en el interior de la
cavidad celómica. Es el orificio abdominal de la trompa de
Falopio.

La última Porción del conducto de
Müller se fusiona para constituir el conducto
útero-vaginal. Experimenta un descenso, arrastrada por los
repliegues perineales de Kölliker.

2. DESARROLLO DEL
ÚTERO

En la 8va. Semana los conductos de Müller llegan
hasta la pelvis del embrión donde cruzan por delante de
los conductos de Wolff, aproximándose y
yuxtaponiéndose, uno al otro, sin fusionarse aún.
Constituirán el conducto útero-vaginal, que
originará al útero y la parte superior de la
vagina. Estos conductos, desembocan en el seno urogenital, por un
extremo ciego: el tubérculo de Müller.

Durante la 9na. Semana el conducto útero-vaginal
fusionado comienza a rodearse de tejido muscular, éste se
diferencia a partir del mesénquima circundante.

El tejido muscular crece de abajo hacia arriba y va
englobando la porción vertical del conducto
útero-vaginal para formar el cuerpo del útero, y
luego también el fondo. La porción inferior ciega
de los conductos de Müller, se une al seno urogenital por el
tubérculo de Müller.

El útero se forma por desarrollo de los 2/3
superiores del conducto útero-vaginal y el extremo final
de los tubos de Müller.

El útero induce al mesénquima que lo
rodea, el cual se transforma en fibra muscular lisa y es de
origen de la musculatura uterina o miometrio.

El mesénquima del conducto de Müller forma
la mucosa de la trompa y la del útero, el endometrio.
Hacia la semana 11 el útero está completamente
desarrollado y la vagina ha crecido
cráneo-caudalmente.

VI. REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS

· Sadler TW. Embriología Médica (Langman). 7ma
Edición. Editorial Panamericana
1996.

· Moore Persaud. “Embriología
Básica” 5ta. Edición. Mc Graw-Hill. S:A.
Interamericana. 2000.

· Genis Gálvez JM.”Biología del
desarrollo” Ed. Espax. Barcelona 1970.

· Felipe F. Casanueva, Sonia Gaztambide S.
“Endocrinología Clínica”. Ediciones
Díaz de Santos. 1995.

 

 

 

 

Autor:

Juan Olivos Gonzalez

juanfra_3789[arroba]yahoo.es

UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS
MÉDICAS

ESCUELA DE MEDICINA
HUMANA

AREA DE EMBRIOLOGÍA

DOCENTES:

Dr. CRUZALEGUI ENRIQUEZ, Rodil

Dr. FLORIAN ZAVALETA, Luis

Dr. ALVAREZ CARRILLO, Javier

Dr. FONSECA, Guillermo

FECHA: 17 De Julio

TRUJILLO-PERU

2008

Partes: 1, 2
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